jueves, 19 de octubre de 2006

Fragmento XVIII

Cuando por fin la nave nodriza aterrizó sobre la superficie del planeta, un montón de tropas y naves aliadas estaban esperando su llegada. Entre ellas, como no podía ser menos, la fragata Dïrûs X29. Nada más bajar, estaban esperándole Fen y Qym. Sin embargo, el recibimiento fue distinto de lo esperado.
- Qym, no sabes cuánto tiempo he esperado a que llegase este momento. ¡Qué cambiada estás! – dijo Vir-.
- Eres un maldito cobarde y un estúpido. Lo que me hiciste no tiene perdón. ¡Toma! – dijo Qym mientras propinaba una severa bofetada a Vir que no supo muy bien cómo reaccionar.
- Ahora, bésame si quieres –continuó diciendo ella-.
Y ambos se fundieron en un efusivo y prolongado beso.
- Viriath, no sabes lo orgulloso que me haces sentir. Si tu padre estuviera vivo, seguro que también se sentiría así –dijo Fen-.
- Gracias capitán. Por fin me siento liberado, como si me hubiese quitado un gran peso de encima. Ya no hay nada que temer. Podemos mirar al futuro con otros ojos, los de la libertad.
- Tienes mucha razón y todo es gracias a ti, mi amor –dijo Qym-.
- Permite que satisfaga mi curiosidad, pero ¿cómo diste con los pueblos aliados? –preguntó Fen-.
- Después de estar esquivando durante días asteroides y meteoritos, mi nave se quedó sin combustible y a la deriva. Después, una tormenta solar me arrastró hacia un planeta donde se estrelló mi nave y quedé inconsciente. Al cabo de tres días desperté en una ciudad. Una familia que pasó cerca de donde se produjo el accidente, me había rescatado. Al principio me costaba bastante entenderlos porque hablaban con una mezcla rara de dialectos. Poco a poco fui aprendiendo los distintos lenguajes y costumbres. Fueron ellos los que me pusieron al día de la existencia de nuevos pueblos y razas. A partir de ese momento, comenzó mi travesía de ciudad en ciudad y de planeta en planeta, pidiendo ayuda -contestó Vir-.
En los días que siguieron a la victoria aliada, Viriath fue aclamado como héroe y recibido con todos los honores allá donde iba. Todo el mundo quería estar a su lado para hacerse una foto. Eso sí, siempre estuvo acompañado por Qym y el capitán, de los que nunca más volvió a separarse. Se casó con ella y se estableció en la granja que tenía su familia en Ciudad Arco. Tuvo tres hijos y durante el tiempo que vivió fue la persona más feliz del mundo, incluso yo me atrevería a decir que de la galaxia.

FIN


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